Cuando se trata de equipar un almacén, los racks de segunda mano pueden parecer la ganga del siglo. Costos más bajos, entrega rápida, menos papeleo. Pero antes de dejarte llevar por el precio, hay una pregunta clave que deberías hacerte.
¿Qué historia trae ese rack?
Porque si bien los racks usados pueden ser una opción viable, también pueden ocultar problemas que no se ven a simple vista, pero que sí se sienten cuando fallan.
¿Cuándo sí puede ser una buena opción?
- Cuando el proveedor garantiza trazabilidad y condiciones estructurales seguras.
- Si se cuenta con un certificado de inspección profesional reciente.
- Cuando el sistema de racks es compatible con tu diseño operativo y tus cargas.
- Si es una opción para proyectos de corta duración o baja exigencia operativa, como almacenes temporales.
El ahorro puede ser real, pero solo si la compra se hace con los ojos abiertos y el soporte técnico adecuado.
¿Cuándo es mejor decir, gracias, pero no?
- Si no hay información del historial del rack: impactos previos, corrosión, cortes mal hechos, sobrecargas.
- Cuando se adquiere de vendedores informales sin experiencia técnica.
- Si no se puede garantizar la compatibilidad estructural con tus necesidades reales.
- Cuando los racks fueron modificados sin certificación o reparados de forma improvisada.
Un rack mal inspeccionado puede parecer “bien” hasta que colapsa. Y no vale el ahorro si hay riesgo de accidente o pérdida de inventario.
¿Qué hacer si igual decides comprarlos?
- Pide una inspección estructural con un experto certificado.
- Exige planos o fichas técnicas del sistema de racks.
- Verifica compatibilidad con tus vigas, anclajes y sistemas de seguridad.
- Nunca compres racks que ya hayan sufrido un colapso parcial (aunque digan que fueron reparados).
- Consulta con tu proveedor si los racks cumplen con la normativa vigente en tu país.
Los racks de segunda mano no son ni buenos ni malos por definición, pero pueden convertirse en una mala decisión si no se compran con criterio técnico.
Si quieres reducir costos sin sacrificar seguridad, hazlo con un protocolo de inspección, respaldo técnico y asesoría profesional.